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La crisis representó sin duda alguna un duro golpe para millones de españoles, de pronto los ciudadanos se vieron envueltos en una espiral agonizante que los condenaba sin remedio hacia una vida peor, sin expectativas de mejora, un retroceso económico y social digno de una guerra que devoraba el futuro.
En medio de ese escenario dantesco que comenzaba a dibujar la crisis, lo peor vendría después, el Estado había abandonado a los españoles dejándolos a su suerte sin buscar ni dar alguna solución a sus problemas, de hecho la única reacción fue castigarlos, aún más, por algo que ni siquiera habían hecho, los culpaban de haber vivido por encima de sus posibilidades, de abusar de la sanidad, de tener demasiados maestros, demasiados funcionarios, demasiados universitarios, de tener demasiado.
De pronto nos despertamos en un país pobre, un país arrodillado y humillado por los grandes poderes financieros, por Alemania, un país sin respuestas, en el que nos arrebataban los derechos uno tras otro sin recibir la más mínima oposición por nuestra parte, “esto es lo que hay” nos decían “no se puede hacer otra cosa”, nos aclaraban que “desgraciadamente hay que trabajar más cobrando menos”.
Las entidades financieras respaldadas siempre por el poder político actuaron con mano de hierro contra el pueblo despojando de sus viviendas, de sus hogares a miles de familias, ancianos, padres, madres y niños eran expulsados a la calle sin escrúpulos, ninguna administración hizo lo más mínimo por evitarlo “las deudas hay que pagarlas” nos explicaban. Los jóvenes deambulaban por las calles buscando un futuro que les había sido arrebatado, los incitaban a irse de España, le llamaban “movilidad exterior”, muchos de ellos, universitarios, ahora se veían obligados a desprenderse de sus vidas para trabajar de camareros a miles de kilómetros de sus familias. Los ahorros de muchos ancianos fueron desvalijados con la estafa de las preferentes y la ley de dependencia iba quedando como un sueño del pasado.
Casi nadie hacía nada, la sociedad perpleja y desorientada por el golpe actuaba más como espectador ante esta situación que como un actor principal.
Pero de pronto, un día, sin saber muy bien como, una pequeña llama despertó en mitad de esa oscuridad, una luz iluminó una plaza que fue ocupada y muchas personas comenzaron a acercarse, a hablar, a organizarse. Las ideas comenzaron a cruzar las aceras, las calles, los vecinos, ahora comenzaban a verse reflejados en los demás, solidaridad, esperanza, comprensión, las personas ya no se sentían solas, el 15M había nacido.
Al principio se rieron de nosotros nos decían que solo éramos “cinco o seis”, nos llamaron perroflautas, ilusos, inmaduros, “esto no hay quien lo cambie” nos dijeron, “vuestro concepto de sociedad es una utopía”, “aquí mandan y mandarán los de siempre”. Pero las plazas seguían llenándose, cada vez más ciudadanos se acercaban a conocer, a saber, a beber de esa pequeña gota de esperanza que por fin había brotado, una diminuta luz parecía indicar un camino, una salida, y esa idea fue creciendo y tomando fuerza y forma día a día, minuto a minuto.
Ante la incredulidad y espanto de los poderes que gobernaban a su antojo y capricho en este país, el 15M del que se burlaban sacó un día a millones de personas a la calle para gritar, para rugir, para decir Basta Ya, fuera, sois unos ladrones, unos corruptos “no hay pan para tanto chorizo”, queremos democracia real, queremos decidir, el pueblo debe mandar “lo llaman democracia y no lo es”, “que no, que no nos representan” la ilusión y el optimismo abarrotaron plazas y calles de todo el país en una muestra única de rebeldía pacífica que asombró al mundo.
¿Qué hicieron entonces? Golpearnos, lanzar en contra nuestra a las fuerzas de seguridad que por cierto aseguraban que habían creado para protegernos, fuimos vapuleados, arrastrados, detenidos, insultados, sin embargo ya era tarde, el pueblo estaba despertando, cada vez más españoles fuimos conscientes de que nuestro país tenía un cáncer que había que extirpar o que acabaría con nosotros, ya no había vuelta atrás. La “Casta” instaurada en las élites económicas, empresariales y políticas de nuestro sistema podría todo cuanto tocaba, parlamentos, juzgados, medios de comunicación, ellos cada vez eran más ricos y engordaban sin cesar sus cuentas y privilegios a cambio de nuestro futuro. Esto había que detenerlo.
Sin embargo el tiempo pasó y el 15M se estaba estancando, las plazas se estaban quedando vacías, esa idea inicial necesitaba ahora una transformación, esa herramienta debía ser aplicada de forma más directa y surgió la idea de crear plataformas políticas para luchar contra el sistema desde dentro. Se crearon algunos partidos como el Partido X que parecía ser una buena opción aunque finalmente no fraguo. Tristemente y tras varios años el 15M parecía pincharse y el desencanto ciudadano y la impotencia volvían poco a poco a ganar las calles minando la esperanza de muchos, por fortuna o como reacción a esta nueva situación, surge una nueva herramienta, una herramienta engendrada desde lo más profundo del 15M, una herramienta política, transformadora, con capacidad de llegar de forma directa y masivamente a toda la población. Nace PODEMOS y una ola de esperanza recorre toda España de norte a sur, por fin alguien se atreve a hablarles claro a todos estos políticos arrogantes e insensibles que solo miran por sus intereses partidistas y cuando no particulares y corruptos. El pueblo tiene ahora a quién lo puede representar, a políticos que de verdad defienden sus derechos y hablan de los verdaderos problemas de la sociedad, la corrupción, los privilegios, las estafas, los abusos bancarios y empresariales, políticos que ahora sí se ponen de parte de los más desfavorecidos, que piden al pueblo empoderarse para que nadie los gobierne.
Una vez más, como ya pasara hacía años con el 15M, los grandes poderes que por desgracia rigen este país se mofan y burlan de esta nueva herramienta, la ignoran la menosprecian. Nuevamente se equivocan.
PODEMOS sorprende a propios y extraños cuando saca 5 Eurodiputados en las elecciones Europeas de 2014, muchos españoles que hasta ahora no habían prestado atención o directamente ni conocían a esta formación ven ahora en PODEMOS una solución a los problemas enquistados del país, aire nuevo con gente muy preparada, argumentos que defienden la justicia social, la igualdad, esa pequeña llama se transforma en pocos meses en una inmensa antorcha que abriga la ilusión y el optimismo, los ciudadanos al fin vemos una posibilidad de vencer a nuestros verdugos, vemos como “el miedo ha cambiado de bando”, ahora son ellos los que están más preocupados, nosotros sonreímos porque hemos descubierto un gran secreto, un secreto que durante muchos años nos habían tenido oculto, hemos descubierto que Sí Se Puede.
Artículo Opinión Miguel Parra. Sec. General PODEMOS Carboneras
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