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La vigésimo octava edición del Candil Rock, celebrada la noche del pasado sábado, volvió a convertir a Huércal de Almería en el centro de atención de un gran número de aficionados a la buena música, registrando una entrada de público muy por encima de la habitual en los últimos años y en la que ni el peligro de la lluvia pudo romper el climax alcanzado durante el concierto.
El equipo de gobierno de Huércal de Almería (PP-GRINP) ha mostrado su satisfacción por el éxito con el que se ha saldado esta nueva edición del tradicional concierto con el que se pregonan las fiestas locales, Candil Rock, felicitando tanto al público como al personal directamente implicado en su organización y desarrollo, por el excelente ambiente y cumplido horario con el que se llevó a cabo este XXVIII festival del rock/pop.
La gran afluencia de público presente en el Campo de Fútbol Villa de San Pablo desde el primer minuto del concierto ya vaticinaba una noche fuera de lo común, al menos con respecto a las últimas ediciones, alcanzándose un aforo muy por encima de la media de toda su historia con la aparición en el escenario de los cabeza de cartel, Boikot.
Con exquisita puntualidad, la banda del levante almeriense “El Hombre Orquesta” abrió la noche bien arropados por el público presente, al que supieron satisfacer y dejar con ganas de más, totalmente preparados y entregados para recibir a los totalmente desconocidos por estos lares “OpMoc”, sin lugar a dudas, la gran sorpresa de la noche.
La música de los belgas, una atrevida e inclasificable fusión entre funk y ska principalmente, en la que se intercalan matices y acordes de otros ritmos como reggae, punk, hip-hop, salsa, etc, enganchó al público dejándolo rendido a estos nuevos aires llegados de Europa, que seguro a partir del sábado muchos buenos melómanos asistentes al concierto buscarán poder seguir disfrutando a través de sus trabajos editados.
Y, como colofón a un concierto de nota, Boikot volvió a demostrar por qué después de su larga carrera siguen siendo una garantía en cualquier festival que se precie. Entre temas actuales y sus míticos transcurrió una actuación en la que la banda madrileña recordó su anterior paso por el Candil Rock y expresaron su deseo de reencuentro con esta tierra en un intervalo de tiempo más corto.
Y es que, el exquisito ambiente de la noche del sábado en el Villa de San Pablo pudo incluso con la amenaza de las gotas de lluvia que se dejaron caer durante el directo de Boikot. Cuando cualquier artista habría dado por terminado su concierto, a 20 minutos aun de la hora prevista, los madrileños “arriesgando el tipo” se mantuvieron firmes sobre el escenario disfrutando y haciendo disfrutar al numeroso respetable con las mesas mezcladoras cubiertas por plásticos
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