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El colega peruano del Transporte Internacional, (TIR) Margarito Mucha Picha, se presentó ante nosotros en el Parking de Wedding, Grossmarkt (mercado) y centro de Berlín, con una muñeca hinchable. Declaraba que iba a por la efigie de Virna Lisi, bella actriz italiana, pero la tienda tenía agotada su figura y se tuvo que conformar con la española Esperanza Aguirre que daba más morbo e incluía el manual del Kamasutra para compartir con ella.
El envoltorio - en un detalle que emociono al amigo – la dotaba de una caja de parches y unas extensas referencias de tiendas donde podía adquirir una bomba hinchable que según el amigo, iba a necesitar debido a su fogosidad. Nunca lo volvimos a ver aunque nuestras conclusiones más fiables eran que hubiera repudiado a la modelo de Híspalis o se hubiera sumergido, sin darse cuenta, cual naufrago, debido a su manía de parar el camión y disfrutar de ella cerca del Canal Isabel II.
Creo que la comercialización de muñecas hinchables, sólo están destinadas a hombres. (Nunca he visto a una mujer gastando energías hinchándola) Las mujeres, son más prácticas y gozan de más cordura como pasarse una noche abrazada a un mostrenco de látex y que en pleno éxtasis, se deshinche y cuya frustración es igual a cuando escuchas a un trasnochado político prometiendo lo que nunca va a cumplir. Los hombres, por el contrario, después de pasar una noche “memorable” junto a esa muñeca sin síntomas de jaqueca y que la has dispuesto y compartida como querías, espera que te traiga el desayuno a la cama.
Recuerdo a un tal Ministro de Información, -declaro mi ignorancia porque no sé si estaba para informarse o informarnos – que decía que en España “tocábamos” a cinco mujeres por hombre. Este Ministro calculaba bien, caso extraño, ya que hemos pasado en la población mundial, de 105 hombres por cada 100 mujeres de los cuales, no se indica la identidad sexual de las personas, ni mucho menos, el agregar muñecas hinchable para redondear el cómputo global que también indica el freno a la procreación y que destroza cualquier molde estadístico.
Según el Departamento de los Estar Dos Unidos, desde que gobierna Trump, perfecciona el Gabinete en la cual se dedican al “Tamaño natural poco fiable con etiqueta Oriental”, ha nominado a China como uno de los peores delincuentes en el comercio sexual mundial, quizás en referencia a cuantas mujeres de ese País son traficadas a través de Países vecinos. Jóvenes féminas alentadas a contraer matrimonio en áreas especialmente rurales. La trata de blancas-amarillentas cuando es más humano recurrir a una muñeca inflable, que no hinchada, por 80 euros sin dar o dejar rastros en consecuencias nefastas…, colaterales y hasta comprometidas.
Recuerdo que en Daroca, Zaragoza, había una especie de cueva bien camuflada donde podías tener sexo con muñecas adquiridas en Taiwán por 10 euros. No gozaba de infladores y la tenías que inflar tu mismo a través de una válvula adosada en el ano. Recuerdo a fumadores, a falto de pulmones, en que su acuciante deseo se transformaba en infartos. Otros, que después de hincharla, le faltaba “arreos” para culminar su voraz apetito. Otros, rogando una pausa y un vaso de agua a la muñeca en plena desolación. Cerraron el lugar porque había más ambulancias que clientes. (Hago patente que nunca he estado allí.
Me lo contaron…no vaya a ser que mi intachable conducta social, se vea empañada en esa secuencia…) ¡Ejém! Prosigo:
Sigo pensando que las muñecas inflables, es la mejor opción para personas que se han acogido a la “iluminadora soledad” y vive sin compañía simplemente en un entorno idílico que se ha fabricado/confeccionado: A la muñeca, le puedes hablar sin que te rebata iniciativas o proyectos. Te mira fijamente como asentando que tus ideas no son tan dispares y adelante con ellas. No sabe cocinar albóndigas/croquetas cuya procedencia e ingredientes, puede ser el cálculo fidedigno de la ubicación de las Armas de Destrucción Masiva. No adolece de inoportunas neuralgias y siempre es complaciente y solícita.
Es cierto que tus dominios/feudo, es a través de un látex bien formado pero también es necesario/aconsejable que alguna compañía, no precisamente de plástico, nos ponga firmes presentándonos un dosier de equivocaciones y errores que cometemos, cosa que a veces, nos disgusta pero que hay que comprender que están ahí y no hay un telón oportuno que las oculte. Quizás, es lo que no nos satisface. Quizás es la deriva de poseer algo que no te quite razones erróneas. Quizás sea por no estar sujeto a una mujer de carne y hueso que accionando su cordura, nos puede dejar a la deriva exponiendo razonamientos legítimos.
Hay dos polos muy opuestos en esta marejadilla de reflexión o vientos que no amainan: La primera seria pasarte la vida sin ataduras emocionales ya que la que te observa no emite opinión, y la otra, si te puede quitar el placer de hacerte comprender de que tus elucubraciones no son sensatas, y sobre todo… ¿En qué lugar o rincón te ocultas para disimular tus errores con muchas posibilidades que muchos tropezones te embargue la vida cuando ella te lo te recuerde y tengas que rectificar? Lo he pensado mucho a través de un espejo que no disimila mi rostro. Espejo que no puedo sobornar o no está capacitado para ofrecer otra imagen. Nada…, decidido: Voy a poner una muñeca hinchable en mi vida…y ya os cuento…si es una mujer de carne y hueso, ya os contará ella. (*)
Juan Marcelo
(*) Hay cierto desenfado en el escrito pero me gustaría que nadie se sintiera ofendida/o. Soy un penitente fiador y hasta identificado/comprometido con el Colectivo Feminista: Este escrito, son anécdotas fácilmente olvidables. Me ha dado por eso: Algun día escribiré sobre “La Metamorfosis de los sapos de lengua viperina con una Orden de Alejamiento”
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