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El uno de Enero, salgo con mi bici presuroso a descargar las toxinas acumuladas unas horas antes. Carboneras esta vacía. Contemplo los recodos de las calles con cascos de botellas vacías y algún que otro vomito. Un sol frió, gélido, me acompaña. Me protejo con el pasamontañas ya que la capa, me la había robado el impresentable presentador, Ramón García. el día anterior. Los comercios cerrados y el bajo, medio y alto ambiente, oliendo a churros que sin duda, debe de favorecer el transito intestinal. Olor que me imprime a pedalear con más energía. Me auto convenzo que las enloquecidas campanadas de fin de año, no pasa de ser una anécdota mas de esta Andalucía “que divierte aunque lleve siglos de resignación”
Este panorama, me incita a hacer lo que no acostumbro: Un conato de rebeldía, me incita a meterme por direcciones prohibidas y pregonar por las calles sin transeúntes que Rajoy ha contratado a Cristina Pedroche como nueva portavoz del Gobierno. Que el Clero reparte los 13 millones de euros que nos roban mensualmente para donarlos a los más necesitados. Al pasar junto al Ayuntamiento, me dije que como esta casa puede albergar tantas “cuentas” El obrero dormitando. La ambición, descansando.
Me cruzo con juerguistas que preguntaban si esa claridad es que ya ha amanecido. Juerguistas que años anteriores intentaban cambiar el mundo y hoy se lo piensan para cambiar su propia esencia. Uno, especula lo solo que se encuentra: El porque ese cambio tan sustancial por el simple hecho de contemplar el prisma de una botella de alcohol. Una botella que no pide voto pero si indirectamente proporciona el momento de alejarse del compromiso del año pasado. La botella, tiene la propiedad de cambiar tanto la intención de voto como la ubicación de las urnas.
- Algunos – añade mi regadera – obnubilados por los vapores etílicos, hacen suyos el mensaje que esparce con soltura su compañero de barra y tiene en mente el cambio para este año. No le importa el por que ha llegado hasta aquí. Solo que este año, 2.015 va a ser mejor: Ira al Gimnasio. Dejara atrás, vicios y flaquezas. Será mejor persona. Que va a exponer lo mejor de si mismo dentro de sus peripecias vivénciales.
- Si… cierto… – corroboro – Ha empezado el año con sonrisas y alegrías. Ha olvidado penurias y sinsabores. Olvidar el enfado permanente cuando ve aparecer a sus gobernantes prometiendo mejoras tanto sociales como económicas en un País de ensueño donde solo ellos habitan. Toca perdonar, (con ayuda de las botellas medio vacías) a aquellos que lo sumieron en el engaño sistemático. Una forma de ser y aguantar por ser gobernado por trépalas de ínfimas condiciones.
El alcohol, tiene, entre sus muchas propiedades, el olvidar malos tragos. Uno de ellos es que pasan de demandantes a justificación. De reclamantes a hacer apología de la permisividad. Toca darse un respiro. No se vislumbra la tragedia. Han sido momentos de ofuscación. A partir del tres de Enero, se olvidara el año viejo y pensaran a que carro subirse. El tiempo se ha detenido de momento y este año, se promete no rodearse de falsas esperanzas. Por ahora, toca abocarse detenidamente de que siga la juerga. Que no decaiga. Que si antes, el año pasado, han sido gobernado por la sinrazón, este año, se fiscalizara cualquier propuesta donde no haya una botella por medio. Posiblemente, todo siga igual. Por ahora, hay que quedarse con la botella y que el mundo siga dando vueltas. Hay que ser optimista y pensar que el sol sale para todos y que no caldee a unos cuantos.
- Si el mundo no cambia, es necesario que tu cambies – reflexiona mi regadera – No te veo en la tesitura de quitar las esperanzas a la gente en este año. Por eso te digo lo de cambiar. Ya se que lo que te propones es de prevenirle o prevenirte de falsas esperanza a las gente, pero también te recuerdo que Watzlawick decía que la conquista de la utopía significa la igualdad entre los seres humanos de modo que no habría distinción entre uno y otros. Habría que resaltar que el teórico austriaco, en su máxima, no tendría una botella a mano. Por el contrario, tienes que pensar que si todos tuviéramos las mismas tendencias, las mismas habilidades y el mismo gusto, seria muy aburrido soportarnos. Me refiero a otro pensamiento de tu autor preferido, Antonio Gala, que aseguraba que si todos fuéramos iguales, todos seriamos peores.
- ¿Puedes explicarme a que viene todo esto? – reprendo a mi regadera; exasperado, crispado, colérico, y otros sinónimos mas de los que no me acuerdo – Yo he empezado con mi bici y lo único que me he propuesto al empezar este escrito, es que la euforia tiene su momento hasta que llega el razonamiento real. Que si: Que lo pasen bien pero sin olvidar que la lucha continua sin botellas por medio. Que no olvidemos el porque hemos llegado hasta aquí y en que condiciones. Gentes que no comprenden ni entienden el porque el bipartidismo encierra, ocultan mas cosas de lo que muestran. El porque les permiten todo, a los suyos; a sus adlátere. Implantan la ley mordaza y no se inquietan. Aplauden la miseria. Secuestran la cultura y la sanidad y encima intentan llevarse lo poco que nos queda que es la dignidad. Menos mal que con ella, no pueden
- ¡Vale! ¡Vale…! – se disculpa la perversa – Repto hasta tus piernas en sentido de implorar tu perdón. Yo solo quería hacer un análisis del por que la gente, es estos días, trata de olvidar penurias, fracasos, incertidumbres, trampas y privaciones, y tener un momento de optimismo momentáneo, formula infalible para olvidar carencias, ausencias y el cabréo constante viviendo una situación que ellos no han forjado. Soy consciente de que me “ido” del escrito pero como estamos en otro año, espero de tu bien reconocida magnánima comprensión, disculpes mi error igual que nosotros no tenemos mas remedio que disculpar a los presentadores de las campanadas del fin de Año Andaluza. Disipa tu mal humor. Ponte tus horribles deportivos blancos. Tus gafas redondas, estilo John Lenonn, que es tu seña de identidad. Aleja de ti el pánico a la calle y deséales a todos que sus ilusiones se cumplan pero con moderación. Que no le impriman mucho entusiasmo. ¡Quedarías muy bien! ¿Qué tal un Feliz Año para todos?
- ¡¡¡No me atrevo, coño!!!
Juan Marcelo
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