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Santiago Abascal, gurú y hechicero de la ultraderecha española, asegura que, “No somos de extrema derecha sino de extrema necesidad” todo ello sin pensar o notar que lo que menos necesitamos, son ellos, tan “derechitos”. (Algunos, ya exigen que vuelvan los payasos de la Tele como compensación) Sigo expectante donde se ha metido “mi” Javier Arenas dejando desolados a Manuel Chávez y José Antonio Griñan apuntando en sus agendas los pasos que tienen que dar hasta el Juzgado que solicitan sus presencias. (Quien les iba a decir que se pasarían media vida visitando a personas togadas) Hay algo en estas dos personas que no acierta a comprender mi cable color gris de mi cerebro: Comprendo que la cabeza de Chávez, suba los peldaños antes que él, lo que equivale que su cabeza ya ha ocupado la Cámara mientras su cuerpo sigue en la Recamara pero con Griñan, tengo mis dudas. Igual Susana Díaz me lo aclare…si gana las Elecciones, pero eso sí, muy dispuesto a asumir mi ignorancia si no las gana.
“Amos a vé” – me importa un huevo que empleando la prosodia andaluza, me arrojen a los cocodrilos sagrados del Nilo donde seguro que degustando mi carne, se vuelven ateos – Seguimos inmersos en una realidad de indigencia, miseria y desigualdad social que lejos de desaparecer en el abismo de la conciencia colectiva, sigue estando presente en cualquier ámbito donde intentemos acogernos: El panorama no cambia. Quizás, la crisis manejada y actualizada por los que rigen nuestro destino monetario, también han logrado profundizar en las desigualdades. Hacer más rico al rico y empobrecer más al pobre. Estratos sociales que ya nos prevenía nuestro Unamuno con aquello de que al poseer algo, en la clase obrera, “demostrar alegría pero mucho cuidado con el entusiasmo y recato en la euforia”
Hay poca implicación en lo que observamos, compartimos, pero a la hora de salir a pecho descubierto, pocos participamos. Hay falta de esa participación en nuestra sociedad que ven la metralla amenazando su bienestar y se escudan pero no luchan para repelerla. Hay una exigencia que nos atañe a todos que es nuestros derechos como persona y ciudadano y no que nos tengan que reconocernos a través de un DNI para saber quiénes somos cuando cualquier persona, nunca es ilegal.
Esa exigencia de nuestros derechos, le ha restado democracia real a la ciudanía ya que los poderes facticos, tienen ocupados todos los cajones de sus despachos. Parece que estamos condenados a los descartes y nuestro clamor lo conceptúan como anti sistemas genéricos. Unos populismos de hordas muy lejanas de aquello de “un nuevo amanecer” cuyo amanecer, realmente, era un nuevo día a sobrevivir.
Después, tenemos lo del bien común donde su definición, no aparece ni en el catalogo de la nueva lavadora que he adquirido debido que la anterior, en un centrifugado, desapareció, quizás buscando otros aires que si tienen inscrito en su Constitución ese apartado. Haciendo un esfuerzo, hago un compendio de lo que significa y es un resumen en la toma de decisiones, cambios de políticas ancestrales y de trasladarlas a políticas actuales de proyectos innovadores sociales para que el pueblo resurja de su ostracismo.
Soluciones a lo económico y la cultura que favorece al Pueblo en su busca de otro mundo más asequible que nos permita vivir/convivir con otras claves/anagramas que no sea guerras, dogmas, religiones de equilibristas en continuo equilibrio y no marginando a los parias…, los desheredados, los puñados de familias sacadas en espuertas de sus casas a través de los que destinan nuestra vida y los ponen en la calle. Después…
-Qué curioso – me interrumpe mi regadera- una ciudadana de izquierdas le ha puesto a su perro; su mascota, el nombre de Sánchez Dragó porque ladraba mucho.
-¡Vale! - contesto de mal talante - Sigo: (Ya veis que no digo “por consiguiente” frase destinada a un “socialisto” vendido a la patronal) ¿Prosigo, está bien visto? ¿No? Prosigo: ¿Qué tal priorizar necesidades vitales de las personas y familias en la creación de empleos decentes que sobresalgan de otros intereses en que siempre son los mismos en acaparar y poseer esos intereses? ¿Aplicar leyes laborales que favorezcan el respeto y dignidad a ese trabajo? ¿Un tejido profesional como el empresarial al servicio de la sociedad y sus necesidades reales? y sobre todo, las rentas más altas, que paguen más para establecer y equilibrar ese bien común.
No hay calambre en intensidad pero si actualidad en estos servicios y maratón para quien intente perseguirlo viendo los pocos que cruzan la meta. Nuestra sociedad capitalista, esta constituida de una manera que manejan los estratos sociales según conviene y desde que Jordi Hurtado, destinado por un aura divina como escriba del Arca de Noé, la cosa no ha cambiado. Pagar, siempre los mismos: Curiosamente excepto ellos, los que dominan el cotarro, nadie se libra de pagar.
Juan Marcelo
Nota: Puede sorprender que ante tragedias sociales, le pongo mi sentido de humor porque no se me escapa el País donde vivo. Tomar conciencia de ello, es primordial, pero la satisfacción de poder leer o satirizar escritos, nos compete a todos, simplemente por la fortuna de estar vivos, algo cuerdos y encima, que nos ha dejado la capacidad de razonar sin impuestos añadidos. ¡Disfrutemos mientras nos dejen…! ¡Es lo que tenemos! ¿Lo asumimos o nos rebelamos? Normalmente, la resignación de un País, siempre ha sido abocada a una Dictadura.
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