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“Me robaron y secuestraron mi infancia y parte de mi pubertad entre rezos esparcidos a la atmósfera y represiones místicas. Decadentes personajes de raídas sotanas que me adentraban en un mundo anclado en la Edad Media. Voces salidas de gargantas guturales, erigiéndose en profetas de un oscuro y malévolo Credo, me equidistaban entre el bien y el mal. Soportando el amparo de obsoletos personajes y ese olor a la parafina de las de velas que se consumían demasiado despacio. El besar la mano rancia de aquel que antes acariciaba tu cuerpo. Condenado a un cuarto oscuro desnudo en exposición mientras eras observado por miradas lascivas y relamer de labios por los que te exigían confesión: Esa fetidez de lo rancio…”
Llega uno a la edad donde, según dicen, es la propicia para hacerse monárquico o acogerse a ser un incómodo insensible pero añorando banderas de otros tiempos sombreada en tricolor. Envejecer con la debida resignación y la frustrada sensación que no he aprendido nada pero que no me aparta de difundir un poco de alegría. Esparcir un efluvio de amor, respeto y consideración a toda persona carente de ello. Extender la solidaridad y amplificar la igualdad. No han logrado mi esclavitud “espiritual” sucumbiendo a la vanguardia de trovas y fábulas incomprensibles no dignas de un intelecto estable: el invento del Diablo y el esotérico Juicio Final. Un Maná de panes y peces en pleno desierto, inicio de la Cocina Creativa, y un resucitado Lázaro por que se encontraba incomodo en su ataúd. Separar las aguas por temor a la humedad, el Weekend semanal por el ocio, o el descanso para preparar nuevas tentativas.
Parece ser que no medimos el tiempo para no hacernos la picha un lío con ese tiempo. Acojona pensar que ese tiempo, siempre va por delante de nosotros y no hay forma de controlarle la velocidad. Ahora les presento batalla; no al tiempo, sino a sus dictados: Si ese tiempo se hubiera encargado de haber deambulado en la justicia humana, quizás no me habría tentado en exigirle explicaciones, pero no; pasas de la injusticia a la resignación y hasta tiene el valor de evidenciar tu vivencia para soportar todo lo que observas, vives y el compendio de hacinarte en ella ya que te ha encuadrado en él…, en ese reducto llamado tiempo en que tienes que soportar limitando tu aportación de cambiar algo de lo que te rodea. Ese tiempo, se ha encargado que todo lo engendrado en ideas, no conste en agradecimientos sino anclado y fechado en una cuneta donde el tiempo, pasa de largo. El conato de perseguir la “incierta verdad” contra la ofensiva de mi realidad…, y en esas estoy.
“La Religión, ha matado a más gente que el cáncer” ¿Por qué sólo buscamos la cura del cáncer y no buscamos también la cura del cáncer de la Religión? (J.S. Rowling)
Desde tiempos inmemorables, la gente ha necesitado creer en algo que no sea patente. Distante a las necesidades humanas: Algo majestuoso donde adorar, reverenciar, idolatrar. Alguien alejado, oculto, furtivo, donde no tenga que salir a media noche por un paquete de cigarrillos.(El pensador griego, Darporculuus Konstante, ya confirmaba en su proclama que es más racional lo que vemos que no lo que creemos y encima, lo que vemos, despierta serias dudas)… si a esto le añadimos lo que no hemos visto y nos inducen a creer en ello…
Parece ser que la Iglesia Católica, se nutre más de pecadores que de gente buena. El bueno, no la necesita. “El pecador, se siente confortado después de inclinarse de rodillas a un extraño una vez confesando sus intimidades sin saber o notar que esas intimidades, son suyas, y no tiene por que compartirla cuando al comunicarla, ahí estriba su verdadera penitencia” (Parábola del Beatificado y Santo Varón, J. Marcelo, por los recovecos de la desfasada y tendenciosa Biblia)
No estoy en contra de aquel que hace de su vida un dogma de fe a través de cantos, cuentos extraños, o efigie/figuras de dudosas existencia. Si es feliz, todo mi respeto y consideración. Dos sacerdotes, compartían columna conmigo en la Revista “Cierzo de Aragón” y que no era la primera vez que los invitaba a cenar en mi casa para departir con ellos enriquecedoras veladas. (Curioso que en el periódico digital, Almería 24 horas, mis artículos siempre estén “protegidos” por personas dotadas de sotanas: Da que pensar) Esos curas, de referencias en ENDESA, curas mineros, donde lo dogmático, era, para ellos, páginas a pasar: Sin incidencias ortodoxa dignas a reseñar, coincidían en que las futuras guerras, no sería en base a una idea, concepto o representación. Que nadie tratará de defender su castillo o hacienda: que se hará en base a la Religión; la mayor promotora del exterminio humano: Que se empezó con una Cruz: con Biblias, hogueras y espadas en mano y la secundará una Media Luna con un Corán expuesta a ínfimas interpretaciones: Siempre a conveniencia de observar, analizar y cuantificar el “mercado”.
Juan Marcelo
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