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Opinión - Al-Hakam Morilla Rodríguez
Presidente de la Mesa Nacional de LIBERACION ANDALUZA - 25/02/2018

Almería, Alquibla de Al-Andalus

"Cuando Almería era Almería, Granada era su alquería". Dicho popular

Almeria 24h
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Almería, Alquibla de Al-Andalus


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Puede parecer curiosa la animadversión o menosprecio de no pocos granadinos u otros andaluces, de provecta edad, por la provincia andaluza más oriental. Sin duda se les quedaron grabadas impresiones de infancia anteriores a los años sesenta del pasado siglo, cuando no había una carretera digna de tal nombre que condujera de Laujar de Andarax, histórica Capital de La Alpujarra, a la Capital del rey-poeta Al-Mutasim. Imágenes de niños descalzos por el puerto y la playa con la cabeza rapada, provenientes no sólo de La Chanca y Pescadería donde se despiojaban al sol en la puerta de las casas, discriminados gitanos, gente sobreviviendo en cuevas a los pies de la Alcazaba... Gerald Brenan y Juan Goytisolo describen aquel sórdido y gris mundo “lagañoso” de mediados del franquismo con elocuencia, herencia de generaciones de marginación y avasallamiento monárquico-papistas.

Esto no siempre ha sido así, por muchos prejuicios que muestren algunos arrogantes hijos de la castellanizada Capital de los nazaríes, muy ufanos con razón por nuestro hermoso Palacio de la Alhambra, amargo remedo de la majestuosidad de Medina Azahara. Lo que no nos explican es el motivo por el que el último morador de aquel alcázar de Las Mil y Una Noches, Abu Abd-il-Lah (“Boabdil”), cuando se rindió al imperialismo mesetario a cambio de que le hicieran marquesito, de todo su reino eligió la Alpujarra Oriental (Almería) para vivir. Tampoco nos aclararán el porqué Granada consiente que sus nobles habitantes sigan emigrando, y por el contrario la agricultura bajo plástico almeriense se ha estimado que podría dar de comer a cincuenta y dos millones de personas. El dato fehaciente es que en Almería hay más de ciento veinte nacionalidades censadas. Aquí residimos vecinos originarios de todas las provincias andaluzas, sobre todo por su proximidad granadinos; sin embargo yo jamás he conocido a un almeriense residente en Córdoba, o en la provincia de Lorca a alguno desplazado por necesidades económicas. Por algo será... ¿no?

Pero no entraremos en ese catetismo tan provinciano, que especialmente incita al antisevillanismo desde esa prensa centralista mercenaria, como si la Capital de la Giralda no hubiese acogido a muchos exiliados de las persecuciones contra los moriscos, que no pudieron embarcar al Nuevo Mundo perseguidos por el Oficio de Tinieblas, y se naturalizaron por los barrios de Sevilla... Puertas, Chacón, Hormica y tantas otras familias de la Ciudad de los Reales Alcázares. Los mimbres de la historia se entrecruzan y la visión plana, daltónica, se torna deleznable, ¿verdad? Entendemos que resulte lacerante para los sandios que quieren hacer de sus “reyes caóticos”, Isabel “La Guarra” y el marrano Fernando, una especie de Adán y Eva que al hacerse enterrar en la catedral de Granada darían lugar al año cero de nuestros orígenes. Ni mucho menos, como no tardaremos en comprobar.

El padre Tapia, historiador local, se indignaba al hacer derivar el topónimo Almería de “al-Emiryya”, la principesca por el fundador de la Capital, el emir después califa Abderrahmán III; o de “al-Miraia”, el espejo. Sostenía que el vocablo procedía de “María”, dejando en el aire con astucia jesuítica que podría hacer alusión a la Madre de Jesús de Nazaret, judía venerada también por los musulmanes. ¿Y si hiciese alusión a un epónimo tribal de origen ibérico, Ama-Erría, el Pueblo de la Madre Tierra, después arabizado por ser la lengua culta preeminente? La almeriense Sierra de María, con su bella población María, nos permite apuntalar esta hipótesis. Porque en su término municipal nace el Río Grande, en el Guadiana Menor, el Guadalquivir. Que sea un afluente de escaso caudal ahora, el de Cañadas de Cañepla, no rebate el hecho geográfico de que es el lugar fluvial más alejado del delta de Sanlúcar de Barrameda. Así lo debieron considerar nuestros antepasados andalusíes que disfrutaron de una naturaleza con mucho mayor aporte nival y de aguaceros, porque una aldeíta pedánea de María se denomina Alfahuara (el Manantial, en árabe). Por otro lado las huellas de homínidos más antiguas conocidas de Europa - cerca de ¡dos millones de años! - se consideran con ese honor por los expertos, dados los útiles encontrados y los restos óseos de un adulto y un niño, en las estribaciones occidentales de esta Sierra, en Orce - hallazgo denostado por envidiosos petimetres de allende Despeñaperros y sus cipayos locales -, ya en Granada, aunque lindante con el término provincial almeriense.

Por otra parte, el yacimiento de la Edad del Cobre de Los Millares, en el Andarax medio, nos señala la protocivilización más antigua de Europa subcontinental. Un Horizonte Cultural de hace casi ¡cinco mil años!, el cual por sus sorprendentes descubrimientos revela que ¡ya conocían la vela del barco para surcar las aguas!, y que atravesaron el Mar Mediterráneo para comerciar con África, gracias a la corriente Almería-Orán (restos de huevos de avestruz quizá para uso decorativo, fragmentos de marfil de colmillos de elefante...). Teniendo en cuenta que en el solar del actual Reino Unido ni estaban comenzando a construir Stonehenge, y que en Europa no había mucho más que bandas de recolectores-cazadores, donde no serían extrañas las taras genéticas por la endogamia... complejos y desvalorizaciones contra Almería los justos para ahorrarse un bofetón dialéctico. ¿A alguien puede extrañar que los “castellanos” de pega que nos malgobiernan en la Colonia-“sur” no estén interesados en promover nuevas excavaciones en Los Millares (¡aún no han acometido una labor investigadora en profundidad en La Ciudadela, el área más antigua del yacimiento!)? ¿O qué no aborden la búsqueda de nuevos vestigios antropológicos en la Sierra de María...? Oscurantismo, estulticia y miseria, estigmas coloniales por todos conocidos.

Cuando vine a afincarme a Almería, originario de Córdoba, no podía entender la historia de Almería sin Al-Andalus... ahora me resulta imposible comprender la historia de nuestra Civilización milenaria sin Almería. No en vano la flota califal, sin rival en el Mediterráneo, se desplegaba en el Puerto de Almería. Convoyes de guerra eran necesarios para proteger nuestros florecientes intereses comerciales con el Oriente Mediterráneo (ahora apenas hay otro movimiento que el “Ferry-Maroc”, no a diario, y algún crucerito por temporada). No obstante en la Ruta de la Seda sí tuvieron un protagonismo máximo los almerienses. Aquellos tenaces mercaderes desafiaron los peligros de los mares, de los piratas y saqueadores para alcanzar el Valle del Indo. No es casualidad tampoco que la Ciudad de Lahore, capital histórica de la Gran India que hizo retroceder a Alejandro Magno, esté hoy oficialmente hermanada con Córdoba, y que el mayor poeta pakistaní y natural de la misma, Muhammad Iqbal, tenga una calle en la Ciudad de la Mezquita, la cual visitaría en vida, componiendo el más bello canto de amor jamás escrito al milenario Templo, usurpado todavía por la usura clerical-franquista. No olvidemos que la Escuela de Almería, de los más grandes sabios de Al-Andalus, era pechinera o almeriense, por ser ésta nuestra Alquibla cultural y comercial con el Levante Mediterráneo y Asia. Lo siento, mediocres ratas de sacristía disfrazadas de “andalucistas” o no, este portento que trasciende los milenios, triunfando donde fracasó el divinizado hijo de Filipo de Macedonia, no hubiera sido posible sin aquellos heroicos viajeros almerienses y murcianos, en aquel tiempo gentes de muy buen vivir... no precisamente relamesotanas apocados.

Por todo lo antedicho, la Ilíberis romana reducida a la pobre aldea Elvira del final de la tiranía de los godos - que daría lugar a la actual Granada -, no empezaría su despuntar si los andalusíes no la hubieran convertido de “alquería” nuevamente en Medina con una vitalidad comercial e industrial sin precedentes. No esperamos que nos lo agradezcan los groseros imitadores de la zafiedad castellana, pero a todo desprecio o ninguneo de soberbios patanes centralistas responderemos con una contundencia que no olvidarán, porque lo consideramos un agravio mezquino e ingrato, propio de aquellos “patos del aguachirle castellano” que nunca llegarán a ser “cisnes andaluces”, que dijera el maestro de la Generación del 27 Luis de Góngora (por cierto, con apellido que ostentan algunas familias almerienses, descendientes de cordobeses que aquí se refugiaron, tras el expolio del Valle del Guadalquivir por el facineroso bandolero castellano-leonés Fernando el Bizco).

Y ahora os lo vuelvo a repetir, siervos de la gleba castellanistas a sueldo del Ministerio de Educación de “Madrizzzz”, aunque no os atreváis a replicar a lo aquí expresado: si utilizáis en vuestras publicaciones de barrigones sueldofijos cualquier planteamiento de este humilde autor, sin citar la fuente, deberéis responder a una demanda por plagio. Y a vosotros, prepotente morralla del social-geriátrico españolista que os odiáis a vosotros mismos, por complejos inducidos por el amo de la Carrera de san Jerónimo... cuándo los catalanes y otros Pueblos del norte peninsular consigan - que lo lograrán - que cada Autonomía se pague sus propios subsidios de vejez acorde a sus posibilidades, ¿quién os pagará las pensiones que os vuelven tan altaneros en medio de la pobreza reinante, vuestros hijos y nietos a los que que empujáis con desaprensión cobarde a la emigración y a la precariedad laboral, votando a sus verdugos? Acordaos de ese espantoso día que se acerca... cuando no tengáis los babosos racistas para comer mas que la roída Enciclopedia Álvarez y el apolillado catecismo de Ripalda del baúl mohoso, con los que os lavó el “selebro” vuestro único y verdadero dios: el sádico Carnicero de El Ferrol.

Tal vez no tengamos aún el esplendor de antes, por tanta ineptitud y corrupción de los hipócritas gerifaltes nacionalistas españoles. Pretenden en vano darnos por “bandera” la infame de saqueadores genoveses, proseguirán los indignos esfuerzos desculturizadores del Gusanato de la P$OE y sus compinches de la Banda del Sobre y Falangito Rivera (junto con sedicentes “andalucistas” tragasantos) a los que importa una ñorda que la lengua culta de Averroes y Maimónides no se enseñe en escuelas e institutos como optativa - y luego hablan los inquisidores de “adoctrinamiento” por otros lares -; pero nuestra gloria quedará para la inmortalidad reflejada en aquellas líricas estrofas de una de las más grandes poetas de Al-Andalus, con fama de belleza simpar, Al-Gassanyya Al-Bayyanyya, de la Pechina madre de Almería:

"¿No te acuerdas acaso, cuando
decían que era hora de partir las caravanas?
Corazón, ya no tienes paciencia
para soportar la partida.
Tras la marcha no queda sino la muerte,
pues la vida se carga de tristezas.
Yo solía vivir a la sombra de tu amor
¡entonces sí era agradable la vida!(...)".


Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza




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