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De vacaciones en Zeralda (Argelia, verano del 1.976) rodeado de mi familia y pleno plácer en su recibimiento, vi a un animal de una joroba que se parecía muy mucho a un camello. Pregunte a mi abuelo Karim, que significa generoso, - en el argot domestico; en lo esplendido, tiene otro nombre - que era ese animal que me parecía un camello y me dijo que era un camello. Quede seducido y sorprendido por mi acierto en la deducción al considerar a un camello, como un camello.” Fácil conjetura” – me dije maravillado de mi impronta.
Escudriñando el contorno, fije mi mirada en un extraño animal de dos jorobas que me pareció un dromedario y le pregunte a mi abuela, Kheira, que significa “la que no te pierde de ojo” y me dijo que era un dromedario angustiado/atormentado por qué le han hecho unos chalecos en las jorobas y no le quedaba bien. Abrumado por mi poder de deducciones/asertos, no me atreví a preguntar por un animal muy parecido al pollo…, a buen seguro, aseguro, de que no era una Mezquita con pico en ristre. (No quise lapidar mis apreciaciones ahora que iba tan bien…, camello por camello y un dromedario echándole la culpa al sastre)
El Festival King Abdulziz, en Riad (RAU) para premiar al camello más guapo y analizar su belleza, incluye carreras y degustaciones de su leche,- muy lejos del Gin-Tonic Occidental –nómina de 27.500 mil inscritos y 363.000 mil visitantes. La polémica, rodea toda competición y más, si esta, se ha plasmado en modificaciones para realzar la hermosura y lindeza de los contendientes a sus animales pese a que la organización, ya prohíbe usar el rímel, lifting o lentillas verdes en los mismos. Algunos de los participantes, le recortan las orejas porque gustan más al Jurado por aquello de que son más discretos. (“Menos oyen; menos largan”) Le inyectan Botox para hinchar las cabezas que el jurado siempre tiende a la complacencia/favoritismo de no degustar su leche sino de follárselos con andamios incluidos. Los hay, sobretodo de la parte de Túnez y Etiopía, que se dedican a estirar sus labios sin contemplaciones ya que cuanto más gordos, sensual y caídos, mas distinción en el ejemplar, todo ello, asegurando esos propietarios, que la actriz, Scarlett Johansson o la española Ariadna Gil, hayan aconsejado algo al respecto. Hormonan sus cuerpos – de los animales…, no los suyos - para que aparezcan más musculados, detalle de que en una sauna Golden-Gay, sería el más solicitado y la chepa actuaría como firme reclamo de lo que puede dar de sí.
El camello, en realidad, es un dromedario. (Diatriba de que no confundamos a un burro con un caballo simplemente porque el primero, no haya ido a la escuela) La diferencia entre camellos y dromedarios, es que proceden de zonas distintas. Los camellos son de Asia Central y los dromedarios proceden de la Península Arábiga, sin embargo, el Certamen, solo incluye a camellos mandando de nuevo al destierro a los dromedarios, cuando este animal, podía ser invitado por Arguiñano en su restaurante, - ya sabéis…Avecrem, chup…chup - porque comen con la boca cerrada y no como los camellos que comen y mueven sus mandíbulas como Arias Cañete degustando un chuletón en el Caso de las Vacas Locas. Los dromedarios, son más higiénicos y en un Baño Turco, estarían en sintonía y…………….¿Por dónde iba…?
-¡Por los camellos! – contesta mi regadera expeliendo un bostezo de aburrimiento.
¡Ah…si! Decía, que los camellos, tienen su propio idioma llamado Fut-Bolín: Acompañan sus berridos porque están demasiado cargados. Lamentarse por un finado familiar, que no sea un cuñado, para expresar su dolor y mostrar ese vacío y aburrimiento por no contribuir a jugar a la Petanca. El camello, en su genuina gramática, desgraciadamente, sólo es comprendido por el que realmente, es un camello no el apostado en las esquinas de las grandes urbes en que nunca llegará a comprenderlos: Esos “camellos” -donde su leche o su mala leche que no sabe ni de dónde la ha amamantado- aguarda con impertérrita perseverancia en las Escuelas e Institutos esperando la salida de nuestra juventud. Camellos donde no se les espera en competición pero si en rivalidad para ver quien son los primeros en intoxicar, envenenar y emponzoñar a nuestros jóvenes. (Camellos que no tienen jorobas pero si joroban a nuestra sociedad)
Juan Marcelo
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