El Ayuntamiento de Almería ha establecido un perímetro de seguridad que afecta a 21 viviendas, cinco de ellas deshabitadas, ubicadas a los pies del paraje conocido como Cuevas de las Palomas, en el barrio de La Chanca, tras producirse esta mañana unos desprendimientos en el cerro que han causado daños en una vivienda propiedad de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) de la Junta de Andalucía, y a una furgoneta y han provocado la fractura del tobillo izquierdo de un vecino de 57 años cuando salió a la carrera del lugar al percatarse de la avalancha de piedras, algunas de un tamaño considerable.
El desalojo de las viviendas se produce como medida preventiva tras una primera inspección de los técnicos de la Gerencia de Urbanismo y mientras se realiza un estudio más exhaustivo de la pared del cerro que determine las causas de lo ocurrido y si existe riesgo o no de nuevos desprendimientos y ha afectado a 16 familias, de las cuales nueve han pedido inicialmente ayuda a los servicios sociales del Ayuntamiento y de la Junta para ser realojadas y el resto han acudido a familiares.
En total, son 32 los vecinos, veinticuatro de ellos menores, que van a ser realojados en el Centro Municipal de Acogida y en el Albergue Juvenil Inturjoven de la Junta de Andalucía.
Los hechos se han producido poco antes de las 10.20 horas y al lugar se han desplazado de inmediato efectivos de la Policía Local, que ha acordonado la zona, Bomberos, Protección Civil, Policía Nacional, 061 y los servicios sociales del Ayuntamiento de Almería y de la Junta, que son los que se están encargando de los realojos.
El alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, se ha desplazado también de inmediato para comprobar el alcance de los daños y determinar las primeras acciones en materia de seguridad y ha destacado la importancia “de actuar con diligencia para garantizar la seguridad de las personas”.
De igual forma, ha indicado que una vez garantizada la seguridad y el realojo de los afectados se procederá a comprobar a quién corresponde la titularidad del monte en el que se ha producido el desprendimiento al tiempo.
