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Es curioso y harto sospechoso que 35 Fiscales Anticorrupción de reconocida legalidad, han decidido, por mandato “divino” coger vacaciones anticipadas. Parece ser que los que han quedado, no les gusta la playa ni el campo: Prefieren no colgar la toga en días de asueto: Son instrucciones del Gobierno.
Las definiciones de “lucro” tiene diversas acepciones en nuestro rico idioma: Lucrar, lucrarse, lucrativo, pero últimamente se escucha mucho en el orden judicial la palabra “lucrando” que opino, la aleja de la lírica en su pronunciación: Suena muy brusca. Parece ser que esos fiscales con vacaciones anticipadas tenían entre piernas las bisagras del sistema coaccionados por un mando a distancia y no han podido lograr juzgar el real “lucrando” ajeno.
Me quita un peso de encima el saber que nuestra Infanta vivía en pareja al mismo nivel que su marido lo cual me alivia el pensamiento aunque ella no pueda mirar de frente al resto de Cortesanas Europeas porque la nuestra, no sabe lo que hace y encima se deja manipular i en los Foros Públicos donde hasta es cuestionable la intimidad de una alcoba. Analizando el mal por mal, prefiero que se haya aprovechado de las “urgangarinas rentables” -deporte muy practicado en nuestro País y exigible a incorporarlo a las Olimpiadas – a tener una Infanta ignota que nosabe leer. Pero hay algo que la honra: Ella quiere que se haga justicia: Según su abogado. (Abogado que exigió a la población pedir disculpas a la Infanta por haberla condenado y por los malos ratos pasados) lo cual me parece bien la exigencia de ese abogado siempre que pueda demostrar que esa justicia que la ha sentado en un banquillo, sea justa aunque queda en mente la sospecha de que las personas honradas y de camino recto, no suelen ser imputadas ni molestada por los Jueces.
Dicen que después del juicio y posterior sentencia tan benévola y gratificante para los cónyuges reales, otras gentes aseguran haber visto a la Diosa Temis vender la balanza en un Cash Converts y secarse las lágrimas con el pañuelo mientras emigraba a otro País. La verdad es que nos queda mucho por recorrer para qué en este País se aplique el “Todo el que la hace, la paga” pero no ha sido así como en innumerables casos que se nos presenta a diario. Cada juicio, es como un partido de futbol y lo más que podemos asegurar es que un juez de línea va a levantar una bandera cuando vea una infracción pero hay un árbitro principal, otro juez de línea y los mas importante, un cuarto árbitro fuera de los focos. El partido se valorara cuando termine el encuentro y comprobemos quien se lleva los puntos dudando muy mucho del que confecciona la clasificación, no sepa de números…, igual que nuestra Infanta que trabaja en una entidad bancaria que no tendría razón de ser si no es a través de números.
Hay escribanos que defendían y defienden, un trato especial para alguien muy mediático rodeada de cierta aura de dignidad como si esa carga solo contara para lo bueno y no fuera patente de corso en resaltar lo malo. La Infanta que “firmaba por amor” parece ser que nunca sabía los asuntos de su marido lo cual demuestra que una familia del “montón”, la esposa no se inquieta ni pregunta a su marido como han pasado de la lata de sardinas al caviar. Del Twingo al Audi. De la casa hipotecada al chalet.
No podemos negar que hay una justicia paralela en que la entrada a un juzgado la untan de brea para los Pérez y otra de vistosas alfombras para apellidos de regio abolengo: De uno que se apropian de 67 euros a otros que ha apalancado millones. Hay jueces cuya legalidad y justicia es reconocida ya que juzga a todos.
Por el contrario, hay Magistrados que solo son idóneos para juzgar a otros. Un carril judicial que endosa a cada uno y según quien, una vía judicial diferente. Tenemos Jueces de carácter imparcial a la hora de juzgar un caso sin importarle la cuna de donde procede el encauzado. Por esa vía, tenemos Jueces que aplican el reglamento judicial con honestidad y legalidad siguiendo la vía de la rectitud. (La mayoría de ellos, ya no ejercen o han acabado defenestrados) Por la otra vía, transcurren jueces que son sometidos bajo presión y ciertas amenazas que aplican sentencias de dudosa legalidad bien sea por interpretación o imperativos de extraña exégesis. No es lo mismo un juez que condene a Bárcenas por ladrón que otro le exima de culpa por su condición de cleptómano.
Juan Marcelo
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