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No sé si acordáis de aquella secuencia de que al recibir mi primera paga como pensionista, me embargo la duda si realmente me la merecía. Aclaraba que minutos después, llegue a la conclusión de si…, que me la merecía, para más tarde, exigir que era muy poco lo que me pagaban por mis merecimientos laborales. (Hasta monte en cólera y me puse en huelga de no volver a masturbarme contemplando la imagen de Esperanza Aguirre sin maquillar.
Vivimos en un País donde es muy proclive a erigir un monumento hasta al inventor del Hotel Algarrobico. Recuerdo en Alberique, (Valencia) una estatua ecuestre al fundador de una empresa de pastas alimenticias donde sus trabajadores llevaban tres meses sin cobrar. La repulsa y condena hacia ese fundador, fue tal que le quitaron el caballo y lo dejaron clavado pero de pie. “Es para que no pueda huir” – acordó el Comité de Empresa. En consonancia con ello, proclamo una estatua a Mariano Rajoy en honor a su tozudez y encomiable labor (no al alcance de cualquier humano) de empobrecer a su País. Todo ello, debido a que:
Cuando nuestro tótem, digno de todas alabanzas, Mariano Rajoy, llego al Gobierno, en la hucha de las pensiones – caja fuerte – había 66.860 millones de euros acumulados. Según cuentan los escribas de la época, cuantificado con total unanimidad en un pergamino, nadie toco ese dinero.
Fuentes modernas “del recuento hispano” hace constar y confirman que de ese dinero, solo quedan 15. 916 millones de euros en la hucha – caja endeble – y que el resto, se ha volatilizado como el Fuet de Casa Tarradellas. Según datos que oculta el periódico, Genova-13, no reconoce que el fondo se agotaría en el plazo de doce meses, (un año, aclaro para los profanos) que no llega para la Paga Extra de la Navidad del 2.017 y la amenaza de que los turrones Hacendado, no va a saber igual.
Pero no debemos preocuparnos. Según Fátima Bañez, es consciente de esa preocupación que tiene esos 9.118 millones de jubilados (donde le han quitado el privilegio de catalogarlos como eméritos para definirlos como tozudos perseverantes) ya que los cuatro millones de parados, en un futuro próximo, rellenaran la hucha –caja ilusionante – sin saber o notar, o a sabiendas que entonces, los jubilados habrán rebajado la cuota vivencial ya que muchos, habrán desaparecido y quizás, Fátima, no tenga una explicación acorde ni complaciente.
Parece ser que de lo que se trata, es de que el anciano pensionista deje su nefasto empeño de resistir y se conciencie de que la hucha de pensiones pase a llamarse la caja fuerte del ataúd en solidaridad con los que han gastado/rapiñado la misma. Ya lo dijo la defenestrada, Christine Lagarde “Lagarto” – “Los ancianos, viven demasiado” Quizás, pienso, es debido a esa “crueldad” que dispone las Leyes de la Naturaleza que la mayoría de la gente, muera de viejos…, y que no pueda hacer nada para remediarlo ni acortar el plazo para que ella duerma tranquila.
Pero, hay una cosa poco conocida o se oculta a la gente con maliciosa intención. Donde creo que está el quid del asunto: El 74% de nuestros jóvenes parados, entre los 25 y 29 años trabajan a tiempo parcial. Ya suman 2.856.087millones. A través de Contratos Basuras. Gestión laboral por horas. Trabajar doce horas mientras le cotizan cuatro ya que no encuentran un empleo a tiempo completo. Estos jóvenes, llegaran a viejos y verán sin sorpresa que no han cotizado lo suficiente lo cual equivale: a una mínima pensión/ayuda de hambre o seguir trabajando aunque la artrosis haga su aparición y las fuerzas físicas estén en plena decadencia.
Lo grave del asunto es que mientras nuestros jóvenes buscan un empleo y se resignan a “todo lo que le echen” paulatinamente, van perdiendo sus derechos y engrosaran una Legión de explotados en el mundillo laboral muy bien gestionados por empresarios sin escrúpulos que aplaudían con cierto enaltecimiento patriótico la actual Reforma Laboral. Una Reforma Laboral muy bien estudiada donde sólo tiene cabida la precariedad de los que necesita un empleo para sobrevivir. No necesitan jóvenes de letras que puedan amenazarlos y para ello, se le pone barreras a la educación subiéndoles las tasas académicas. Se encarece las Matriculas y el que no pueda pagarla, se abre nuevas vías en la fronteras para que emigren.
Mis genes, me avisan de que no veré a estos jóvenes encanecidos y la futura hucha de las pensiones convertida en la Lámpara de Aladino. Previsor por costumbre, ya tengo las maletas hechas aunque me iré con cierta amargura de dejar a muchos de nuestros jóvenes con un Magisterio en el bolsillo sirviendo en las terrazas de los bares.
Mujeres emprendedoras de sobrada inteligencia fregando escaleras y sobre todo, cierto bálsamo de alivio de no volver a contemplar a mis congéneres jugando a la petanca. Juego que camufla hábilmente la lucha cuando está en juego su precaria supervivencia.
Juan Marcelo
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