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No, de ningún modo se trata de un falso encabezamiento o de epatar a nadie con gratuitas provocaciones. Mas debemos constatar una realidad. Si la supuesta Representatividad la otorgan los electores, presuntos pucherazos con empresas de recuento de votos afines al gobierno de turno; incurrir en fraudes electorales ventajistas -según la contabilidad del por entonces tesorero de la formación- por arrimar mayor unto bajo cuerda para la propaganda en las campañas; y lo peor de todo, traicionar a los votantes aupando al partido adversario, absteniéndose, sin derecho ciudadano a que los compromisarios obedientes a otros intereses puedan ser revocados en sus cargos... deja a la pseudodemocracia del 78 por debajo del felpudo de las Cortes del Movimiento.
Frente a los sospechosos agoreros que anuncian no se qué apocalipsis si se va hacia unas terceras elecciones, el profesor Stiglitz en una reciente entrevista nos previene acerca de que resulta preferible la incertidumbre del futuro equipo gubernamental a seguir abundando en malas políticas económicas. Pero el problema se vuelve más grave de lo previsto tras el Putsch de la Paella del Susanazo, el primero de octubre, para investir al inepto e irresponsable Rajoy, cercado por escandalazos de sus subordinados ¡hasta investigados por delinquir en la sede de su propio partido!, escondiendo el avestruz pontevedrés su hueca cabeza debajo del ala.
No se trata tan sólo que una cínica facción de la PSOE se haga cómplice de reflotar los excolegas de los de la Gürtel, la Púnica o los Papeles de Panamá, basándose en prejuicios sobre un hipotético desgaste en un próximo sufragio, intoxicados por 'periodistas' chusqueros. Ni siquiera tampoco lo más grave reside en que se traicione a los pardillos electores, al conminar a lábiles diputados de seguro no elegidos para que se pasen con felonía oportunista al enemigo. Eso ya empieza a convertirse en lo de menos.
Sin embargo una democracia, digna de aparentar tal nombre, se articula con unas reglas determinadas, estrictas como las del ajedrez. ¿Qué posición de legitimidad podría cobijar al hijo del rey de Franco si vuelve a llamar a consultas al exjefe de Bárcenas, para que otra vez pretenda una investidura fracasado en el intento anterior, al contar con un puñado de logreros sociatas en el Hemiciclo, habiéndose perpetrado una defección en las filas opositoras para ponerse al servicio del contrario? ¿Otro Borbonazo sin Tejero, como observaba algún perspicaz politólogo? ¿Un nuevo Tamayazo, anunciado por nosotros hace meses, en vez de a escala autonómica a nivel estatal? ¿Con qué cara mamporrera de pazguatos se queda la militancia y simpatizantes de la inescrupulosa PPSOE, y todo el Estado en su conjunto, aun con Falangito Rivera de masajista bien dispuesto a dar vidilla a tan indigno bodrio tardofranquista?
Resulta comprensible que los populares (¡ellos nunca 'populistas', eh!) no quieran asumir ellos solitos las catastróficas consecuencias previsibles, con el agravamiento de la II Gran Depresión y el criminal austericidio impuestos por la Troika, cronificada la pésima situación socio-económica por su incompetencia. Les hacen falta un puñado, al menos once, de 'zopencos útiles'... ¿a riesgo con sus autocráticos apaños de lanzar un obús bajo la línea de flotación de la institución monárquica? ¿Acabando con peor jeta el nuevo 'gobierno' de la PPSOE que aquel de Arias Navarro con el caudillo comatoso y dar a los podemistas, junto con las lícitas reivindicaciones independentistas, por muchas mediáticas difamaciones que se viertan contra ellos, un espaldarazo de proporciones históricas?
No sé, no sé... muñidores de la Casta, hagan sus apuestas. De todas formas la Banca siempre gana. Con una salvedad: más que en una anacrónica monarquía deslegitimada por la corrupción en su reino, en una imparable III República.
Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza: @lascultura
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