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Había una vieja cumbia que decía, “Ay…diosito blanco, tú de aritmética nada sabías. Como la riqueza la has repartido tan mal repartida. ¿En qué colegio estudiabas? ¿Por qué algunos le has dado tanto en cambio a otro no le has dado nada?
Sigue el verano macerando pieles humanas con paso firme mientras el mundo mantiene las distancias consigo mismo quizás porque encojas la mano o la estires…, avances o escurras el bulto, todos somos bultos: Todos somos mundo. Cuantas veces me habrán dicho que ese mundo es una bola, una esfera con planicie en los Polos. Una serie de acnés de exploración que está bien como eufemismo geográfico, geodésico y la madre que parió a más de un pedagogo pero no soy tan incauto/ingenuo (con lo feliz que soy aparentándolo) y me quedo con el envoltorio de la verdadera historia. Una historia que no tiene porque convencerme ningún antropólogo fiable ya que me es mas creíble en un repartidor de Pizzas.
Según la revista económica “Que te den…” 85 bienaventurados individuos, acumulan tanta riqueza como 3.750 millones de personas que habita en este mundo que, recordemos, es machacado por los Polos. La contundencia de esa noticia, no nos permite ni hacer números. Una riqueza muy mal repartida que nos traslada a pensar que ese diosito blanco, solo sabía contar hasta doce y marcarlas en un Tabla.
Me cuesta muy mucho creer, que todos nacimos en pelotas, (mi pudor, no me deja acentuar lo de “pelotas picada”)
-¡¡¡Que cinismo!!! – reprueba mi regadera.
La miro taladrándola. Hago caso omiso a su insultante exclamación y prosigo: Parece ser que al nacer, algunos no tienen ropas para cubrirse parte o totalidad del cuerpo y que otros salgan a la vida como futuros hacendados. Parece evidente y de hecho es, que algunos nacen con un Calvin Klein para que se vaya acostumbrando y a otros ya el enseña su condición futura a arrastrar con unos calzoncillos Dulce Camino de un mercadillo rural.
Parece ser que este selecto Club de los 85, se han trasladado a Davos, (Suiza) ¿De qué me sonará a mi esta País? Club, donde tiene restringido su ingreso si no eres nadie o llevas casco protector en la cabeza. Consta el “albergue” con una puerta de servicio para políticos de medio pelo y apellidos cuya fortuna no puede esclarecer. Todo ello, bajo una capa de barniz “democrático” indispensable para atajar cualquier alteración que se produzca ya que dominan el sistema bancario internacional…, no en vano, son los provocadores de crisis convenientes.
Ese Foro Económico Mundial – fue creado en 1.971, creo recordar – aglutina cerebros de la economía y hasta filósofos que se exponen en las rebajas del Corte Inglés para mejorar la situación del mundo aunque la sorpresa general en las 50 reuniones que ya han sostenido, han llegado a la misma conclusión: Que la mitad de la riqueza mundial, está en manos de “apenas” el 1% lo cual, no mejora la situación así que la desigualdad reinante, se estabiliza y no hay motivo de alarma. A ellos, no les preocupa en demasía esa desigualdad y, en todo caso, carecen de urgencias generadas por las exclusiones sociales. Ellos se reúnen de cara a la galería. Generan cuatro noticias insustanciales y si sus comilonas han sido de su agrado (normalmente lo son) lanzan al aire alguna promesa que los medios de comunicación - que también ellos controlan - recogerán puntualmente sin mirar de reojo cualquier hemeroteca no vaya a ser cosa que sea la misma promesa que hicieron en 1.971 de mejorar el mundo.
Y así no pasamos la vida. Navegando entre la desazón y el desconsuelo. Amortiguando la esperanza y sucumbiendo ante el abismo descarnado de la impotencia de equilibrar igualdades y pasamos a jugar de desinformados a conformistas llevando siempre a cuesta la resignación como lábaro más visible. A ser honestos ciudadanos mientras paguemos impuestos y engordemos otros Clubes de menos peso pero sangrante para un País como la Púnica, la Gürtel, la Pokemon, Bárcenas and Cía, la Taula y 1.062 tramas más que añadir a la Marca España. Algunos, ya se apuntan a subvencionar la obra: Corrupción española = El musical.
El Club de los 85, volverán a reunirse de nuevo. Cuando lo hagan, solo nos enteraremos que no han necesitado ninguna pastilla de Almax para su digestión, mientras, habrá que aunarse no en un Club sino bajo la bandera de la no desigualdad en consecución de parámetros que obliguen a gobernantes y a poderes tanto económicos como sociales, que tengan muy en cuenta de que el mundo no puede continuar así. Que no podemos estar a expensa de esas malas/buenas digestiones que tenga ese Club y de la rapiña institucional.
“El Club de los 85, es el gremio más democrático del mundo: Siempre llegan a un acuerdo sin mediar consenso para joder al resto del mundo” – asevera mi profesor favorito, Cojonciano Ceropelotez, pensador, filósofo…, y otras cosas más.
Juan Marcelo
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