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Mojácar cumple la tradición de la noche de las velas y un año más ha renovado su cita con las perseidas, con brujas y hechizos que surgen de las llamas de las velas o bajan desde el cielo escondidas entre la lluvia de estrellas.
La magia de esta localidad se ha abierto a vecinos y visitantes, convirtiéndola en el escenario de la noche definitivamente más especial y en la que cobra toda su fuerza las milenarias leyendas de una Mojácar única como nunca.
Por quinto año consecutivo, la Asociación de Comerciantes de Mojácar, el Ayuntamiento de la localidad y todos los vecinos del casco antiguo, han unido fuerzas para celebrar la noche de las velas, fiesta que ya se ha consolidado como una de las más señaladas del verano almeriense.
Más de 5.000 velas y más de 1.000 antorchas dieron luz a las calles de Mojácar que mantuvo apagada la iluminación toda la noche.
Éxito total y record de visitantes. Se calcula que pudieron rondar las 6.000 personas, que disfrutaron sin incidentes de una noche en la que en Mojácar, “no cabía un alfiler”.
Funcionaron a la perfección los autobuses puestos a disposición del públicopor el Ayuntamiento, que de manera gratuita, subían al pueblo a los visitantes desde la Playa, intentando paliar en lo posible los problemas de aparcamiento y de movilidad.
Al igual que en otras ocasiones, se instalaron telescopios en el Mirador del Castillo que han servido para vislumbrar planetas y lluvias de estrellas.
La jóvenes músicos de la Orquesta de Cámara de Almería, se repartieron por las plazas de Mariquita la Posá, Plaza del Sol, Plaza del Castillo, Plaza Nueva, de la Iglesia, del frontón, del Parterre, del Ayuntamiento, del Caño y de las Flores.
Un pasacalles compuesto por faquires y malabaristas del fuego, acompañados por tambores y timbales, recorrieron las calles de Mojácar, dando más espectacularidad, si es que era posible, al ambiente de una fiesta inolvidable.
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