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Cuantas veces entablas una conversación sobre política con otra persona y esta te suelta todo un ramaje de tópicos como “Si todos van a lo mismo”, “Son todos iguales”, “los políticos son todos unos ladrones”, etc. Si se te ocurre defender que no todos los políticos son iguales, que crees, o quieres creer que hay gente decente en política se sonríen y te tratan como a un pardillo, como a un iluso, te dicen “no te engañes, a lo único que van todos es a robar lo que pillen” poniéndote, incluso, la mano en el hombro con condescendencia.
Lo curioso de esta situación es que normalmente cuando le preguntas a esta persona si va a votar, se pone muy seria te dice que sí, que es una obligación moral de todos los españoles.
Un consejo de corazón a esa persona:
No Votes, si realmente tienes la certeza de que a quien vas a votar irremediablemente robará, no votes joder, no seas cómplice del desfalco. Prefiero mil veces antes ser un iluso que cree que podemos tener un país mejor, que ser el que coloca a los chorizos en la situación perfecta para arrasar con lo que es de todos. No podemos seguir consintiendo y para colmo participando en un sistema corrupto en el que unos pocos se quedan con nuestro futuro y con el de nuestros hijos.
Da igual al partido que votes, hay que primero creer y después exigir la honestidad, no tiene sentido, a no ser que tú también estés robando, que ayudes al ladrón a robar lo que es tuyo, lo que es de todos.
En España los ciudadanos le hemos dado tal normalidad a la corrupción que los políticos indecentes que nos gobiernan se ven amparados en una impunidad que no les hace temer nada.
Lo dicho, No Votes, vete a dar un paseo a la playa o al parque. Quédate en casa y no pases calor, piensa en lo que cuesta aparcar y luego el lío de encontrar tu mesa, la rendija tan estrecha por la que tienes que meter el sobre, que pereza, y todo eso puede ser peor y que no te hayas dejado el DNI en casa.
Si votas, sea al partido que sea, vota con ilusión, con esperanza, la democracia es una gran herramienta y no se merece el voto sombrío del corrupto o el necio de su cómplice, no nos lo merecemos.
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