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Vaya por delante que personalmente voy a abstenerme en estas elecciones a la metrópoli. No se dan las condiciones mínimas para poder llamar a este tinglado tardofranquista, sin real separación de poderes, democracia. Además los gerifaltes de la partidocracia nacionalista española me provocan cataléptico sopor. Pero el cinismo y la doble moral de tantos me producen náuseas. Sobre todo si encima se las dan de fantoches patriotas, y no pasan de barata comidilla de sacristía.
Un clásico de los regímenes totalitarios, y de los tiempos de la Inquisición, consistía en la capacidad del poder y sus esbirros para convertir una saliva ajena en un mar de afrenta, y por contra un océano propio de inmundicia en inocente esputo. Así hemos visto a garrucheros de los media burgueses, y a celotes de la moral partidista propia, abrir la caja de los truenos por no se qué nefandos pecados, capaces de anticipar el apocalipsis, de un profesorcillo de Facultad; o la atrocidad de un funcionario que incumplió un trámite en la Universidad de Málaga, devenido el Lute por las cadenas del tomate polítiquero.
Todas estas cortinas de humo mediatizadas con babeante fruición sirven para que queden en un segundo plano los planchazos de "los nuestros". Por aquí se ven insuficientes filípicas por escándalos de corrupción que afectan a la Junta de Andalucía, superiores en montante económico al de los Pujol en Catalunya. Saqueos sistemáticos, una putrefacción que afecta a la misma Génova, ministros dimisionarios más por pena que por vergüenza, exministros en el banquillo, altos cargos empitonados por centenares, bárbaras evasiones fiscales, haber ido en coche oficial de la Junta a comprar farlopa, ¡mangonear catoliquísimos próceres en Valencia incluso por cuenta de la venida del papa...! Psché... bagatelas, ¡qué es todo eso comparado con si malas pécoras, antes de tener un cargo, orinaron en la calle, enseñaron el sostén o hicieron humor negro en twitter un día de resaca!
La maquinaria infecta de torquemadillas vocacionales, o a sueldo, sus patéticos ventiladores cagarruteros se han instalado en el argumentario de la estulticia. Todas estas aparentes banderías, teleprogramaciones facciosas de parroquianos del adocenamiento, caen en el ridículo por su inanidad peregrina. Ni les duelen en realidad a los que vomitan las jeremiadas de sainete, ni las sufren tampoco aquellos a quienes van dirigidas, por aquello del que hablen de uno aunque sea bien.
No se dan cuenta tan evanescentes plañideras que escandalizándose por berlusconiadas, viejo truco de camisas negras, y mostrando sospechosa unanimidad en crucificar al cabeza de turco de turno, tan solo consiguen engordar su fama y su ego. La aburrida sociedad urbanícola del espectáculo convierte a los chivos expiatorios en "Celebrities".
Lo siento, zarzueleros catilinas, el paredón al que creéis conducir al "Coletas" y la discordia que pretendéis sembrar en sus trincheras, por vuestra arrogante miopía de trabucaires, se ha vuelto para el ambicioso vallecano candidato el mejor lecho de rosas, camino firme hacia su gloria.
Al-Hakam Morilla Rodríguez, coordinador nacional de Liberación Andaluza
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