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Ara Malikian recuerda que cuando llegó a España, lo que le hizo conectar definitivamente con nuestra cultura fue el jamón ibérico, y que le chocó que se mezclara este manjar con algo tan sencillo como los picos (colines). Así anunció que el concierto iba a estar integrado por el sabor de grandes compositores de todas las épocas con los ‘picos’ de sus creaciones. Nada de eso: Ara Malikian es un genio que ha sabido unir las experiencias acumuladas de su relación con músicos y personas de diferentes estilos y culturas fruto de su periplo por Europa desde su Líbano natal, con su talento innato y muchas horas de estudio, para hoy en día convertirse en un auténtico referente de la música.
Malikian es un violinista con personalidad que ha traspasado su propio estilo y consigue llenar escenarios de un público entusiasta que quiere escuchar música clásica. Y lo ha logrado innovando sobre el escenario, donde de forma creativa une el virtuosismo de este instrumento con el mundo del espectáculo. Ara Malikian es, en definitiva, un maestro de la música que anoche ofreció un concierto ‘pata negra’ de dos horas y media, y que fue despedido con varios minutos de aplausos de los asistentes, entregados y puestos en pie.
Almería tiene la suerte de gozar de un vínculo emocional con este violinista. Ha actuado en numerosos escenarios con sus diferentes espectáculos y conserva varios amigos en nuestra tierra, alguno de los cuales ha participado en su último disco.
De ahí que las estancias en nuestra ciudad sean más amplias que en otros lugares, lo que le ha permitido inspirarse para poder regalar anoche, en estreno mundial, la ‘Fantasía almeriense número 3’. ¡Gracias maestro!
Almería se ha unido de esta manera a la fiesta de celebración de los 15 años de Malikian en España, que comenzó con un concierto en el Teatro Real. Durante la actuación de anoche, enmarcada en el programa ‘Primavera Cultural’ del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, realizó un viaje por lo mejor de la música de las diferentes épocas y estilos musicales, desde Vivaldi y Bach hasta Radiohead o Led Zeppelin. Junto a ellos, unas inspiradoras creaciones propias. El hilo conductor es un storytelling personal, en el que narra sus vicisitudes en los diferentes países que ha visitado, con un estilo y gracia que ya le gustaría tener a muchos monologuistas.
Talento y espectáculo para agotar anoche las entradas del Auditorio Maestro Padilla con un público de diferentes edades, desde niños a abuelos, y que hoy también llenará en su segundo concierto, pues apenas quedan las últimas entradas a la venta en www.almeriacultura.com
Alemania, Gran Bretaña y España, hasta que decidió que su vida no podía constreñirse en el foso de un Auditorio con la Orquesta Sinfónica de Madrid y quería dar el salto a los escenarios. Y no es una metáfora. Realmente este virtuoso de la música no para dar saltar y danzar, mientras interpreta ‘Las Cuatro Estaciones’ de Vivaldi o ‘La vida breve’ de Manuel de Falla. Pero quizás lo que le ha permitido atraer al gran público son sus adaptaciones del pop y el rock que reinterpreta con maestría acompañado de violín, viola, violonchelo y contrabajo. Así se pudo escuchar temas de Radiohead, Led Zeppelin y David Bowie.
El talento de un violinista global
Unidos a ellos, los supuestos colines, sus creaciones, que en realidad son genialidades, también ‘pata negra’, y que reflejan, de nuevo, el talento de este músico global. ‘Backgammon’, como recuerdo a su origen armenio, ‘Vals de Kairo’, dedicado a su hijo de apenas año y medio, o ‘1915’, homenaje a las víctimas de genocidios. Sobre el escenario se acompaña de una cuidada estética y un grupo de talentosos músicos clásicos, tan dinámicos como el propio Ara Malikian.
La música la comparte con las palabras, recordando cómo la casualidad hizo que estuviera tocando cuatro años en bodas judías en Alemania, lo que le permitió empaparse de esta cultura, y ahí se pudo escuchar ‘Pisando flores’, una creación propia; su traslado a Gran Bretaña para actuar con Boy George y el impacto que en él tuvo escuchar en directo a Radiohead; y la llegada a Madrid, siete años en la Orquesta Sinfónica de Madrid, y un presente y futuro jalonado de éxitos en España, y que quiere trasladar al ámbito internacional.
Tras saltar de un siglo a otro, sobre el escenario y el patio de butacas, con virtuosismo y espectacularidad, terminó el concierto con una delicada Aria de Bach, y confesando que “sobre el escenario soy feliz”. Tras dos horas y media de concierto, tuvo tiempo para salir y firmar su disco a los numerosos fans que le esperaban en el hall. Y ya, relajado, marcharse con algunos amigos de Almería a disfrutar de nuestra gastronomía de la tapa, donde seguro incluyeron el jamón ibérico. Gracias Ara por hacernos disfrutar de la música en tu concierto ‘pata negra’. #AlmeríaRespiraCultura.
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