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Todo comenzó hace quince años, en el año 2000, cuando de manera totalmente ilegal la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir consintió que varios pozos explotaran agua subterránea del acuífero de Sierra María-Maimón y pusieran en regadío cientos de hectáreas de secano, junto al Parque Natural de Sierra de María-Los Vélez. “Los pozos no tenían autorización alguna, lo denunciamos, pero esa administración responsable de controlarlo no fue capaz de paralizarlos”, recuerdan desde Ecologistas en Acción-Los Vélez, la asociación que denunció y alegó contra esta práctica desde el principio.
Ahora son más de diez pozos los que riegan unas 450 hectáreas de secano y están provocando que poco a poco los manantiales históricos de la comarca de los Vélez, de los que depende el regadío de las vegas de Vélez Rubio y Vélez Blanco, unas 2000 hectáreas, el abastecimiento público de estos dos municipios y el de María, y la poca pero estratégica industria comarcal, hayan disminuido su caudal en más del 50%. “El pasado verano apenas se pudo regar la cuarta parte de la vega, con dos o tres riegos ocasionales al año, debido a la disminución de los caudales”, apuntan desde la Unión de Pequeños Agricultores, UPA, el sindicato agrícola que también forma parte de la Plataforma Por la Defensa del Agua de los Vélez, organización que engloba a los cuatro ayuntamientos comarcales, la mancomunidad de municipios de los Vélez, comunidades de regantes, asociaciones ecologistas, agricultores, ganaderos y ciudadanos en general.
“Toda la comarca apoya este movimiento que persigue algo muy simple, la inmediata paralización de los pozos y la recuperación de nuestros manantiales de agua, de lo que dependemos los 12.000 habitantes de los Vélez” –apuntan desde la Plataforma–, que se reunió el pasado 29 de enero y a la que acudió una multitud de velezanos, entre los que se encontraban representantes comarcales de los partidos políticos, PSOE, PP, PODEMOS e IU, que dejaron claro que la defensa del agua de los Vélez está por encima de cualquier interés partidista y que en este asunto “vamos todos juntos con un objetivo común de interés para toda la población”.
“La extracción de agua en los campos de María y los limítrofes de Orce ha modificado la divisoria hidrogeológica, provocando la disminución del área de alimentación del acuífero que surte los manantiales históricos de los Vélez. Los flujos subterráneos han sido desviados hacia los sondeos, con la consecuencia de la disminución paulatina del nivel freático y el caudal de los manantiales velezanos”, aclaran Diego Gea y Francisco Moreno, hidrogeólogos que conocen bien el funcionamiento del acuífero. Y añaden un punto dramático, “de proseguir la explotación y los años secos, los manantiales pueden agotarse por completo”.
Sin conocimientos hidrogeológicos, pero con la experiencia de muchos años como presidente de la Comunidad de Regantes de la Balsa Vicaria de Vélez Blanco, Diego Iglesias manifiesta “los manantiales de mi comunidad están prácticamente secos. Nunca en años menos lluviosos que los actuales había bajado tanto el caudal. Es muy frustrante no poder regar ni una hectárea y ver pasar todos los días camiones llenos de lechugas y brócoli de las más de 450 de los campos de María, regados con el agua que debería salir por nuestros manantiales y que nadie ponga freno a este auténtico robo. Los ánimos entre nuestros regantes y agricultores, que ven como día a día sus tierras y sus familias se empobrecen, están muy exaltados”.
Ante los tintes dramáticos que está adquiriendo la situación, la falta de lluvias en otoño e invierno que recarguen el acuífero y la inminente campaña de regadíos, en la reunión de la plataforma se puso de manifiesto la desesperación por la falta de respuesta del organismo responsable del control hídrico del acuífero, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la cual hasta donde se sabe ha autorizado algunos de los sondeos; no controla las extracciones reales de agua la cuales se presumen muy superiores a las autorizadas y ha abandonado a su suerte a los manantiales de los Vélez y a toda una comarca. De manera inminente se aprobó una recogida de firmas pidiendo la clausura inmediata de los pozos y la paralización de los regadíos y llevar a cabo una manifestación de los velezanos ante las puertas de la Confederación en Sevilla. Tampoco se descartó el inicio de medidas judiciales contra los sondeos y riegos ilegales, por delito ecológico.
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