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Cuando un ser humano se alimenta de las desgracias, del malestar de otros seres humanos. Simplemente pierde la condición humana.
Nuestro mundo cada día está más carente de humanidad. Bien es cierto que los seres humanos a lo largo de la historia han carecido sobre todo de este concepto tan manido, idolatrado por muchos. La especie humana ha visto como se desarrollaban sistemas esclavistas desde el mundo antiguo, hasta el contemporáneo. Analizando la historia desde una óptica marxista, se podría decir que el funcionamiento del mundo capitalista es el de tener naciones y pueblos supeditados. Cuya principal misión sea abastecer a los países superiores.
El concepto de humanidad, pelear por los demás para que tengan una mejor vida. Una vez más ha sido apaleado, vilipendiado, ultrajado y quemado. El golpe de Estado financiero perpetrado en Grecia, finalmente llegó a buen término. El ser humano una vez más se alimentó de las desgracias, del malestar de otros seres humanos para lograr sus objetivos.
Antorchas para la humanidad, esta noche, una vez más, acabaremos con la declaración de los derechos humanos. El mundo es un lugar aciago, alabemos a Adam Smith. La noche cada vez es más oscura, alabemos a Max Weber. La mañana cada vez es más fría, alabemos a Francis Fukuyama. Los humanos cada vez tenemos menos humanidad, alabemos a Nicolás Maquiavelo.
Alabemos al capitalismo, germen de nuestros sueños, creador de este mundo tan despiadado en el que vivimos. Oh San Capitalismo que estás en los cielos, ¿Por qué me has abandonado en mi soledad?
Miguel Ángel Cayuela Berruezo
Historiador en el exilio
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