La corrupción política provoca directamente una rebaja en la calidad de vida de los almerienses

Tú no has vivido mas allá de tus posibilidades. Ellos viven a costa de ellas

Este dinero sustraído a los ciudadanos a través de la corrupción política, y que evidentemente deja de repercutir en el beneficio general para aprovechamiento exclusivo de quien ilícitamente lo consigue, provoca directamente una rebaja en la calidad de nuestra sanidad, en nuestra educación, en nuestra cultura. Y es NUESTRA, porque nosotros, con nuestro trabajo, con nuestro sacrificio, con unos impuestos cada vez mas altos, somos los generadores de un dinero que deseamos sea invertido de nuevo en nuestro bienestar, el de nuestros mayores y el de nuestros hijos, y no en facturas de hoteles de lujo, en viajes innecesarios, en subidas de sueldo acordadas por ellos y para ellos, en cuentas millonarias en el extranjero.
Los ciudadanos almerienses no queremos costear sus triquiñuelas, no queremos que el dinero que se debe usar para la formación académica de nuestros jóvenes, la atención sanitaria de nuestros enfermos, los puestos de trabajo que se pueden crear con esos miles, millones, de euros, vayan a parar a los bolsillos de quienes deben procurarnos ese bienestar, de quien se ha aprovechado de nuestra confianza, de nuestros votos, para enriquecerse a el mismo y a los suyos.
Este dinero despilfarrado por unos pocos en trajes, viajes y mansiones es el que falta para que los almerienses tengan el sistema sanitario que merecen, las infraestructuras que nos aseguren prosperidad, que las familias no pierdan sus casas porque el dinero que se debería emplear en la creación de empleo es robado por unos pocos. Que dejen de jugar con nosotros y nuestra vida. El sistema judicial debe obrar ahora y duramente contra todo el que se aproveche de la ciudadanía, el sistema judicial debe romper con toda esa chusma y caer sobre ellos con toda la fuerza que solicita el pueblo.
Los almerienses y las almerienses queremos trabajar, vivir y prosperar. Señores Amat y compañía, tengan la vergüenza, ya que no tienen la ética, de irse ustedes a su casa con su corrupción y sus chanchullos. Cierren ya ese agujero de desconfianza, de desilusión y de recelo en el que han convertido, ustedes y otros muchos como ustedes, la política de este país.

Emilio Vizcaino Martin
Miembro independiente de Izq. Abierta

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