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Fernando Martinez y Tomas Elorrieta
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La sede del PSOE de El Ejido fue escenario anoche de una charla-coloquio centrada en la represión franquista en Andalucía, que corrió a cargo de Fernando Martínez, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Almería. La conferencia, titulada ‘La represión franquista y las responsabilidades políticas en Andalucía (1936-1945)’ fue seguida por un coloquio en el que participó activamente el numeroso público asistente.
Fernando Martínez explicó que la II República fue un intento de modernizar el país que fue respondido por la derecha con un golpe de estado que, aunque inicialmente fracasó, acabó por imponerse gracias a la ayuda del nacionalsocialismo de Hitler y del fascismo de Mussolini. La represión fue un mecanismo para conseguir atemorizar a los ciudadanos con el fin de que ese levantamiento contra las instituciones legalmente establecidas perdurase en el tiempo. Y consiguió su objetivo, ya que la dictadura del general Franco se mantuvo durante cuarenta años.
La represión, según matizó, se basó en tres pilares fundamentales, el castigo físico, que consistió básicamente en fusilamientos y encarcelamientos; las depuraciones profesionales, que impidieron a los profesionales de izquierdas desarrollar sus profesiones; y la represión económica, puesta en marcha para realizar incautaciones de bienes y poner multas a personas que el franquismo consideraba que debían ser castigadas.
Desde el punto de vista del castigo físico, en Andalucía, entre 1936 y 1945, se produjeron 50.069 fusilamientos por parte del régimen franquista, y 8.143 por parte de los republicanos. Hasta la fecha, se han localizado 620 fosas comunes, y según resaltó Fernando Martínez, la recuperación de los cuerpos por parte de sus familiares es una de las asignaturas pendientes de la democracia.
La depuración profesional impidió que pudiesen ejercer su profesión el 18% de los maestros andaluces, y el 11% de los médicos, entre otros profesionales. En cuanto a las incautaciones de bienes y las multas, supusieron que se abrieran expedientes a 60.000 andaluces, y que se incautaran 115 millones de pesetas de la época, que al cambio actual serían 57.270 millones de pesetas. El historiador subrayó que este último tipo de represión recayó, principalmente, sobre las familias y las mujeres, ya que los hombres, o estaban encarcelados, o habían sido fusilados.
Por último, Martínez recordó que, en las primeras elecciones de la democracia, las de 1977, en las zonas en las que se produjo más represión ganó, mayoritariamente, la izquierda, debido a que la represión nunca se olvidó. Y en este sentido, concluyó que los historiadores tienen el deber moral de investigar lo ocurrido durante los años del franquismo con el fin de que no haya olvido ni desmemoria y la democracia se asiente sobre bases sólidas y reales.
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